¿Qué es la filosofía?
¿Qué
es filosofía? Es una pregunta que les encanta a los filósofos porque los pone a
filosofar. Para ellos esa es una pregunta filosófica, cuya respuesta no es
fácil ni única. Según William James, el
estudio filosófico conlleva el hábito de siempre ver una posibilidad más. En lo
que respecta a la definición de la filosofía, hay muchas posibilidades de
explicación de lo que es, según la corriente filosófica o el filósofo en cuestión.
Por eso, el famosísimo filósofo español, Fernando Savater, dice que hay tantos
conceptos de filosofía como filósofos hay. El pensar la filosofía ya es un problema
filosófico, como lo han dicho muchos pensadores, entre ellos, José Pablo
Feinmann.[1]
Niveles de la filosofía
Para
empezar, he de decir la filosofía se puede pensar en tres niveles: como una dimensión propia de cada individuo
(cuando llega la edad del niño de hacer preguntas sobre todo y acompaña ciertos
momentos del desarrollo humano como la adolescencia o la crisis de los cuarenta),
como una cosmovisión propia de un
pueblo o como una práctica. Para
algunos es espontánea y autodidacta, para otros surge en ciertas
circunstancias, requiriendo de una guía o de un acompañamiento que derivó en su
profesionalización en la Edad Media. Michel Onfray piensa que todos somos
filósofos desde niños, pero nos enseñan a reprimirlo; para Edith Stein, el
verdadero filósofo nace así y pocos pueden serlo. Algunos otros autores, como
Platón consideran que el filósofo es una persona ética y virtuosa, mientras que
para otros, como George Steiner un filósofo no necesariamente tiene que ser una
buena persona que realice elecciones políticas acertadas o tome decisiones
correctas.[2]
Es
una práctica que requiere lectura, reflexión, observación, creatividad, escritura,
aislamiento, pero también requiere de exposición y comunicación no sólo con los
libros y los filósofos ya muertos, sino también con los vivos y, muchas veces,
cara a cara a través del habla, especialmente mediante el diálogo, la
conferencia, el debate, los coloquios, congresos, tertulias y cafés filosóficos.
Recurre a preguntas, a tesis, a réplicas y, a veces, hay respuestas. Emplea por
lo general un vocabulario técnico, especializado con un estilo barroco. Pero
también existen estilos más amigables, sin tecnicismos, explicativos y
apasionados.
Ahora
bien, la lectura de la filosofía, implica lo que para Ortega y Gasset es “desleerla”.
No se puede leer de corrido, sino se debe repensar cada frase y romperla en sus
palabras, analizarlas, para comprender la unión entre éstas. La lectura no es
horizontal, sino vertical (a partir de lo profundo que hay en cada palabra).[3]
No obstante, aunque pareciera la filosofía una
actividad solitaria, conlleva la socialización del conocimiento a través de
profesores, divulgadores, moderadores, compañeros de estudios. Los medios de
transmisión son medios editoriales (libros y revistas), medios de comunicación
(prensa, radio, televisión e internet) y medios educativos que, en México,
suelen abarcar desde el bachillerato hasta el doctorado en escuelas de nivel
medio,[4] universidades,
asociaciones e institutos de investigación. Los filósofos profesionales suelen
ejercer su práctica principalmente en la docencia (mayoritariamente de
bachilleratos y minoritariamente de posgrados); también un grupo minoritario se
dedica a la investigación; algunos a la difusión y divulgación; otros a la
consultoría filosófica (práctica que lleva la filosofía a la asesoría de
empresas e individuos). La filosofía se ha logrado posicionar en todo el mundo
de distintas formas. En África, gran cantidad de universidades imparten cursos
de filosofía y tienen centros enfocados a su estudio, a pesar de las
dificultades que experimentan; en Asia, en la segunda mitad del siglo XX, se
incorporaron cursos de filosofía y han combinado tanto el paradigma occidental,
como el oriental en ellos. Cabe mencionar que en los países árabes suele haber
una incomunicación de la filosofía islámica que ellos producen con la filosofía
occidental. En América Latina, la filosofía, también pasa ante grandes dificultades;
tiene una presencia difusa, a diferencia de América del Norte. En Centroamérica
la filosofía apenas tiene presencia, en Brasil está muy fuerte. El escenario es
variopinto.
Para
algunos esta práctica es el vehículo para alcanzar un objetivo, para otros ella
es un fin en sí mismo. Para unos es una práctica mundana y para otros,
academicista. Para algunos pensadores la
filosofía está relacionada con lo eterno, para otros con lo relativo.[5] Para José Ortega y Gasset
la filosofía está vinculada con ambas cosas: lo eterno y lo relativo. Para unos
la filosofía es contemplación, para otros es una forma de vivir. El filósofo
francés Michel Onfray ha criticado fuertemente que la filosofía se ha encerrado
en los cubículos universitarios con gurús que le hablan a élites sordas. Propone
comunidades filosóficas en una universidad popular basadas en la amistad y sin
los protocolos de la burocracia académica. La universidad popular, que propuso en 2002, busca
reconciliar los mundos de las filosofías académica y mundana. Lo que quiere
Onfray es evitar la institucionalización, la burocratización en aras de su democratización sin llegar a la
banalización que, según este autor, hacen los cafés filosóficos.
Gustavo
Bueno dice que la filosofía actual muchas veces no responde a los problemas
filosóficos del presente. Lo cierto es que también es necesaria la filosofía
académica, esa que hace filología de los autores y habla de pasado, para poder
hacer filosofía mundana.
Tipos de prácticas filosóficas
Dice
Gustavo Bueno que esta práctica puede estar vertida al pasado o a lo eterno (filosofía dogmática) y desde ahí poder
explicar al presente o incluso ignorarlo; también es una práctica que
fundamentalmente es historia de la filosofía (filosofía sustantiva)[6] o bien situada en el
presente, que utiliza y critica los saberes del presente, especialmente la
ciencia (a la que reflexiona y vigila),
que explica el pasado a partir de la actualidad; que está vinculada con la
cultura vigente y se identifica con ella o bien es un subproducto suyo bastante
corrosivo o se reduce a alguna práctica mundana por la filosofía de tal empresa
o de tal gobierno (filosofía adjetiva)[7]; o bien, la filosofía es
algo concentrado en el presente, pero con una sustantividad cuyo contenido es
dialéctico (el enfrentamiento de las diferentes formas de organización del
presente), una filosofía que está centrada
en realizar operaciones lógicas como clasificaciones, definiciones,
comparaciones para tomar una postura al respecto (filosofía crítica). Para Gustavo Bueno, esta última concepción, es
lo que se puede llamar filosofía en sentido estricto. Es el núcleo originario
de la filosofía.
Causas de la filosofía
Hablando
de ese núcleo, tal vez sería pertinente preguntarnos qué causa la
filosofía. Las respuestas pueden ser
muchas. Una de ellas sería la ignorancia. Sin embargo, el mero ignorar no sería
razón suficiente para pensar en el surgimiento de la filosofía. Para Aristóteles
el comienzo de ésta está en admiración
(Metafísica 982b 12), una que está acompañada de perplejidad (Metafísica
982b17-18). O quizá una que se parece
más a la duda, como lo solía pensar
Descartes, y que, en un afán de certeza, se puso a filosofar. Lo cierto es que para filosofar requiere que
uno se haga el tiempo o lo tenga bastante disponible, por eso también se ha
pensado que la filosofía es provocada por el ocio. La ausencia de una actividad práctica conlleva a filosofar.
Aunque es cierto que no todo ocioso filosofa. Hay ocio que no lleva a nada,
pero también lo hay el que lleva a entregarse a actividades voluntarias, como
la reflexión filosófica. Es la riqueza de la que consta cada persona. Dejando
de lado las actividades productivas, se puede hacer filosofía. Aunque Fernando
Savater estipula que él llegó a la filosofía por el temor a la muerte, que ante la muerte de su abuela se preguntó
sobre el sentido de la vida si la gente y él mismo en determinado momento vamos
a morir.
Panorama sobre las definiciones de filosofía
Originalmente
la filosofía era entendida como amor a la sabiduría. Sin embargo, esta
sabiduría abarcaba todo el saber racional. Filosofía y ciencia no eran dos
cosas separadas. Esta noción se mantuvo más o menos hasta el siglo XVIII. De
ahí que se entendiera a la filosofía como una especie de árbol cuyas raíces
están en la metafísica, su tronco en la física y sus ramas en las demás
ciencias. Esa es la razón por la cual hoy se suele decir que ella es la madre
de todas las ciencias. En este sentido dice André Comte-Sponville que es
inadecuado entenderla como una mujer jubilada cuyos hijos la han sustituido,
que ya no tiene nada qué hacer. Esto sería un error. Hoy en día nadie reduce a la filosofía a una
ciencia. Hoy en día se realiza con discursos y razonamientos. Por eso, para
Comte-Sponville la filosofía actual es una práctica discursiva razonable y
conceptual, que es teórica por ser abstracta y universalizante, pero no es por
ello científica, ya que no hace experimentos ni comprobaciones empíricas. De
ahí que el autor francés recupere dos nociones de filosofía: la de Augusto
Comte, quien señala que el filósofo es un especialista en generalidades (que
pueden ser sólidas o deficientes) y la de que es un creador de conceptos, como
propone Gilles Deleuze. Comte-Sponville señala que algunas generalizaciones son
de buena calidad y otras de mala y que se puede filosofar sin crear conceptos y
que hay creadores de conceptos que no son filósofos. En consecuencia, redunda
en decir que la filosofía es una práctica teórica que no es demostrable
lógicamente, ni empíricamente refutable. Es más, una especie de creación
individual que ama al pensamiento mismo. En ese sentido es una reflexión sobre
los saberes disponibles, una que es radical, abierta al cuestionamiento. Es, en
términos de Maurice Merleau Ponty, un movimiento que reduce el saber a la
ignorancia y la ignorancia al saber. Igualmente, José Pablo Feinmann dice que
la filosofía es un saber que totaliza todos los saberes.[8] Sin embargo, los filósofos
posmodernos creen que la filosofía ya es un saber fragmentado, atomizado que se
convierte en una construcción estética del mundo.
Hay
filósofos que piensan que el objetivo superior de la filosofía es la verdad o
que esta disciplina ya perdió sus límites con las ciencias humanas. Para los
filósofos posmodernos la verdad es un objetivo inalcanzable o débil de la
filosofía. Para otros pensadores la filosofía es algo distinto a las ciencias
humanas (aunque las utilice). Incluso hay pensadores que dicen que la filosofía
no ofrece verdades, sino las destruye; es una especie de asesino serial y de
gran magnitud que destripa y lo hace con precisión.[9]
Sin
embargo, podemos decir que encontramos dos estilos de filosofía, como señala
este José Pablo Feinmann: aquellas que destruyen sin reconstruir y aquellas que
destruyen para construir.[10]
Para
José Ortega y Gasset la filosofía es una teoría del universo. Es una actividad
fundamentalmente teorética que trata de comprender lo indudable y radical del
universo: la vida. Aunque la vida es primero que la filosofía, el filosofar es
una forma particular de vivir que quiere saber qué es el universo en un afán por
comprender su propia vida que está perdida en ella misma. En ese sentido filosofar es un desvivirse por
cuanto hay en el universo. En consecuencia, la filosofía es un sistema de
verdades que se rige por dos leyes: el principio de autonomía, que hace
a la filosofía ley intelectual de sí misma, que prueba sus verdades dentro de
sí misma; y por el principio de pantomía, que aspira a un universalismo,
a una explicación no parcelaria, ni reduccionista de la realidad (en un sentido
físico, biológico, o social), busca lo universal que hay en cada cosa.[11]
Saber
qué es la filosofía definitivamente se ha convertido en un problema filosófico
sobre el cual difícilmente se han puesto de acuerdo: hay quienes dicen que la
filosofía siempre ha existido desde que hay hombres, que es algo universal,
como opina Paul Radin en su libro Primitive
Man as a Philosopher; hay quienes creen que ésta surgió entre los griegos
en el siglo VI a.C., siendo el primer filosofo un señor llamado Tales de
Mileto. Martin Heidegger cree que la filosofía es esencialmente griega, que
surgió como un fenómeno europeo y
occidental que trazó un trayecto hacia el pensamiento actual. Pero esa es una concepción eurocéntrica y
colonialista de la filosofía; otros pensadores, como Enrique Dussell o José Pablo
Feinmann piensan que la filosofía es etnofilosofía, y que hay la posibilidad de
que ésta se genere en otras culturas, como ha sucedido en otras regiones.[12]
Para Heidegger la filosofía fundamentalmente es el descubrimiento
asombroso del ser, que es una armonía originaria de las cosas y del
pensamiento. Para él la filosofía se hace a través de la lengua griega, pues
ella contiene esa razón, remite a esa experiencia de asombro y a la correspondencia
que tienen los entes y el ser. Tal “correspondencia” es un hablar, es un
lenguaje al servicio de la expresión. Esto emparenta a la filosofía con la
poesía. En cierto sentido, para Heidegger, la filosofía, además de ser griega,
es hermana de la poesía. Lo que no las vuelve gemelas es que la filosofía está
llamada a pensar el ser del ente, según este filósofo alemán.
Grecia
dio fama a los nombres de Sócrates, Platón y Aristóteles. Sócrates en especial
se ha vuelto símbolo de la filosofía y de lo que es ser un filósofo. Dio la
vida por ella y enseña que filosofar es buscar las cosas que hay que ver y que
decir. Pero hay que cuidarse de la exaltación divinizante del filósofo. Cuenta
Merleau-Ponty que un filósofo no pretende superar las contradicciones humanas,
ni pone su esperanza en un destino superior (aunque hay algunos que creen en la
trascendencia). El filósofo tampoco es un protagonista especial de la historia
que la contempla fuera de ella y vislumbra su devenir. Más bien él es el
producto de sus circunstancias históricas y desde ahí filosofa. Incluso,
pretende en ocasiones modificar ciertas condiciones. El filósofo puede ser o
no, un hombre acción. El filósofo no es un ser humano especial, reflexiona y
habla sobre el hombre, pero para hacerlo, simplemente tiene que ser humano.
En
fin, desde entonces (la antigüedad de los griegos hasta la actualidad de
Merleau-Ponty) ha evolucionado hasta nuestros días en Occidente; por lo tanto, la
filosofía es un proceso histórico y regional. Para algunos, como ya vimos este
proceso inicia en Grecia y se limita a Occidente, para otros abarca también las
cosmovisiones de otros pueblos no occidentales y critica la actitud
eurocéntrica de algunos filósofos, como ya señalamos. Así se llega a postular
la existencia de filosofía india, de filosofía china, la filosofía bantú, la filosofía
islámica y filosofía nahua.
Pero
también hay quien cree que la filosofía está muerta, que ya no tiene cabida en
el mundo científico de hoy. Eso, no sólo lo creen los filósofos posmodernos,
sino también ni más ni menos, lo dijo el prestigioso físico angloparlante
Stephen Hawking en su obra de divulgación El
Gran Diseño. Pero la cosa no acaba
ahí. Hay quienes creen que la filosofía es una ciencia, como el filósofo
medieval Santo Tomás de Aquino, quien pensó que era la ciencia de todas las
cosas por sus últimas causas a través de la luz natural de la razón. Por ende,
el objeto de la filosofía abarcaría las tres áreas de la existencia: Dios, el
hombre y el mundo. Esta concepción se basaba en la visión de Aristóteles de la
filosofía, quien creía que ella era una ciencia (episteme) que contempla los
primeros principios y causas. Para Frederick Nietzsche la filosofía es como un
martillo, porque destruye y construye a la vez: es crítica total y creación de
valores. Eso supondría criticar a Dios,
al hombre y al mundo. Para Emanuel Kant los problemas de la filosofía se
reducen a cuatro preguntas esenciales: qué se puede saber, cómo me debo de
comportar, qué puedo esperar (después de la muerte), qué es el hombre.
Sin
embargo, hay quienes opinan que la filosofía es una ciencia o que es una
especie de método de revisión de la ciencia. Hay quienes dicen, como Platón, que
la filosofía es un fin y otros piensan que simplemente es una herramienta de
análisis lógico del lenguaje, como Ludwig Wittgenstein, que es uno de los más
grandes filósofos del siglo XX. En este sentido para Wittgenstein los límites
del mundo estarían en los límites del lenguaje y la filosofía se construiría a
partir de los chichones que nos hacemos al golpearnos con dicho límite.[13] Pues bien, otro personaje, Martin Heidegger, que
también fue muy grande en el siglo pasado, creyó que la filosofía es algo que
tiene que ver con las verdades que están más allá de la ciencia, más allá de lo
correcto, que llegan al esencial descubrimiento del ente en cuanto tal. Vaya, consideran que hay una especie de
trascendencia inmanente en las cosas.
Quizá por eso, algunos pensadores creen que la filosofía conduce hacia
Dios, como consideran la mayor parte de los filósofos cristianos, judíos y
musulmanes; otros individuos creen que la filosofía está diametralmente lejos
de un ser divino, que incluso por necesidad, debe ser agnóstica, arreligiosa y
hasta atea (Carl Marx o Ludwig Feuerbach).
Marx
también creía que la filosofía tenía como finalidad ser un agente de cambio
social, en contraposición a su maestro Hegel que la entendía como un mero
testigo de la historia. La filosofía ha
sido entendida como una forma de vida o como una mera práctica intelectual.
Ante tal panorama, hay quienes se vuelcan al
sentido más primitivo de la “filosofía” y apelan a su etimología, que
significa: amor a la sabiduría.
Recuerdan que supuestamente Pitágoras la inventó cuando visitó la corte
del rey de Flionte y negó ser un sabio, en cambio aceptó ser un filósofo, porque
sólo un ser divino puede ser un verdadero sabio. En realidad, hoy sabemos que Pitágoras no fue
quien inventó la palabra, sino que el primero en usarla fue Heráclito, que en
su contexto ser refería al amante del lógos (razón), el cual, además, es
armonía. Platón en sus Diálogos, es
el primero en usar la palabra filosofía para referirse a un tipo de
conocimiento superior que es la ciencia de las ciencias, la más noble, la más
grande, que le enseña al hombre a saber vivir y morir.
Antes concluir
El
menú de respuestas está bien surtidito. Philippa Foot dijo: “le haces una
pregunta a un filósofo y después de que habla un poco ya no entiendes más la
pregunta”.[14]
Y si hacemos la pregunta qué es filosofía, es prudente asumir que el concepto
más adecuado de filosofía es el que le haga “clic” a la persona que se hace esa
pregunta. Al final, la filosofía no es un objeto, es una creación humana que
pretende generar un conocimiento especial que permita guiar la propia vida o
ideas de quien la cultiva. Si la filosofía sirve para algo (hay quien cree que
no sirve para nada), tal vez sea para saber vivir o pensar mejor. Decía Luciano
de Samóstata que la prueba del filósofo es su vida filosófica. Lo legitiman su
congruencia de palabras, su comportamiento y sus actos. Curiosamente, Mario
Bunge observó que elegimos un sistema filosófico por intuición, una emoción o
porque nos parece afín con nuestro temperamento. En lo micro está bien si da
respuesta a nuestras inquietudes, pero en lo macro las demandas son mayores. La
filosofía puede devenir en un stablishment altamente conservador que sigue a
una tradición (muchas veces obsoleta) o a intereses políticos. La filosofía puede genera el bien y se asume
que mejora a la persona. Pero, ¿acaso puede afectar para mal a las
personas? La tesis de Bunge lo sugiere.
Por eso dice él mismo que “La buena filosofía guía, la mala extravía”.[15] Un stablishment
conservador, los intereses políticos, pueden conducir a la represión, al
fanatismo, a la discriminación, a la enajenación, a la justificación orgánica
de un status injusto. Pensemos en la teoría de las constelaciones. Fueron una
propuesta elaborada por el filósofo Bert Hellinger que derivó en una
pseudoterapia que ha afectado a mucha gente que se somete a ella. Las ideas
filosóficas no necesariamente son inocuas.
Comenta
Michel Onfray que fue el cristianismo el agente que destruyó paulatinamente a
la filosofía como una forma de vida, ya que terminó convirtiendo a la filosofía
en un instrumento de legitimación del poder de la Iglesia en coalición con el
Estado en el Imperio Romano. Fue hasta el Renacimiento cuando la filosofía
recobra cierta autonomía al considerar que además de ser cristiano se pueden
reflexionar temas humanos del helenismo. Luego con la Filosofía Moderna se
reflexionó sobre la ciudadanía y lo colectivo. Por último, en la Filosofía
Contemporánea, ella se vuelve mediática a través de la televisión y con
personajes carismáticos como Henry Bergson o Jean Paul Sartre. Michel Onfray
critica la aparición de nuevos “Nuevos Filósofos” que aprovechan cualquier
motivo para salir en la televisión. La evaluación de las filosofías, por lo
tanto, debe de considerar si éstas aportan algo al conocimiento, a la acción o
a la conservación de una herencia vital. No es ni su popularidad o
impopularidad.
Por
una razón así el filósofo Thomas Nagel dijo que la ocupación central de la
filosofía es cuestionar y aclarar ideas comunes que todos usamos sin pensar
sobre ellas; por esta razón es que Sócrates dijo que una vida sin examen no
merece ser vivida. Pero, ¿se puede alcanzar esto: aclarar las ideas que solemos
no pensar y examinar así nuestras vidas? ¿Se puede realmente aprenderlo en una
escuela de cualquier nivel de educación? Dejo que el lector se responda solo
esas preguntas. Por cierto, ninguna pregunta es filosófica por sí misma, sino lo es, como dice André Comte Sponville,
dentro de una problemática específica que le da sentido y alcance.[16] “¿Qué es la muerte?”
puede ser tan una pregunta superficial o filosófica como preguntarse qué es un
número.
He
de señalar, junto con Honer y Hunt, que aunque la filosofía tenga fama de ser
tediosa por no tener respuestas concretas y únicas, por usar un vocabulario y
argumentación complicados y por hacerse preguntas que a veces resultan descabelladamente
absurdas, sépase finalmente que la filosofía es un mal que, como el sarampión,
se adquiere por contagio.
Conclusión
La
filosofía es una disciplina difícil de definir. Tiene muchas definiciones que
varían según el filósofo. Existe un pluralismo de filosofías. No obstante, se
pueden encontrar líneas generales de análisis respecto a las acepciones de lo
que es ella en relación a su origen, a su naturaleza, a su evolución y a su
finalidad. Para empezar sabemos que la filosofía se puede comprender en tres
niveles: de desarrollo personal, de cosmovisión o de práctica. Respecto a su
origen se entiende que ella es algo necesario que acompaña al hombre o que es
algo que surge históricamente en ciertas circunstancias, se puede entender como
una actividad democrática o bien restringida a ciertas vocaciones o élites. Que
surgió en Grecia y es patrimonio de Occidente o que surgió en muchas latitudes
y es un propiedad de la humanidad. Se puede entender a la filosofía como algo
útil o como algo inútil, como un medio o como un fin. Las definiciones más
comunes serían la etimológica, que entiende a la filosofía como amor a la
sabiduría; la real esencial, que a partir del género próximo y la diferencia
específica la califica como una práctica discursiva no científica y una
multitud de definiciones reales descriptivas. La aristotélico-tomista es
ejemplar: ciencia que estudia todas las cosas por sus últimas causas a través
de la luz natural de la razón. Esto ha permitido analizar las opiniones entre
quienes creen que la filosofía es una ciencia, que son dos cosas totalmente
distintas y quienes creen que la acompaña, supervisa o se subordina a ella. Hay
quienes creen que la filosofía conoce la realidad o que simplemente la inventa.
Hay quienes creen que la filosofía es un fenómeno que lleva a la experiencia de
lo divino, o que es ajena o contraria a dicha experiencia. Las finalidades que
puede tener la filosofía son muchas: laboral, educativa, identitaria,
cognitiva, contemplativa, socio-política. Para algunos toda filosofía es
válida, para otros hay filosofías de buena y mala calidad, obsoletas y
vigentes. Quizá lo que puede unificar a en general a todas las filosofías es lo
que Gustavo Bueno llama el núcleo originario de la filosofía que es el
enfrentamiento de las formas de organizar la realidad y su análisis lógico, que
esto, además nos puede conducir a una visión más metafísica de una philosophía perennis, que es el espíritu genuino del filosofar que
se da con trasformaciones. Aunque tampoco en esto hay un acuerdo. Para algunos
la filosofía es inmutable, para otros es cambiante, para unos ella no tiene
sustancia, para otros sí. Para unos la
filosofía siempre existirá para otros ya murió o está muriendo. Así que,
podemos concluir que la filosofía es un problema filosófico y se define según
los criterios de aquellos que la ejercen. Eso conduce a concebir también al
filósofo como una persona ordinaria con contradicciones, o incluso mala, que
piensa la realidad desde su humanidad o como un personaje superior debido a su
sabiduría, la cual, lo llevaría a una superación de las contradicciones
humanas.
Se
han elaborado muchas metáforas sobre la filosofía como viaje, como un destino,
como un origen, como una constructora, como una destructora, como santificante,
como contemplativa, como estética, como asesina, como infantil o como el culmen
de la madurez, como profeta, como liberadora o como enajenante, como educadora
o como pervertidora, como útil o inútil, como pregunta, como respuesta. Es
interesante que es vista como de formas tan distintas y opuestas muchas de ellas.
En
mi opinión, se puede decir que la filosofía es una actividad de reflexión
existencial que es hija de Proteo y de Medusa, que se caracteriza por ser
paradójica y plástica, que no tiene un método único, y que encierra una gran
diversidad de intenciones e intereses. Existe
un tipo de filosofía que siempre va a gustar a un tipo de persona. Hay
filosofía de todo y para todos.
Bibliografía
https://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa
(consultado el 16 de junio del 2020).
André
Comte-Sponville, La filosofía. Qué es y
cómo se practica, edición Kindle.
Edith Stein, ¿Qué es filosofía?, edit. Studium,
Argentina, edición electrónica.
Fernando Savater, Las
preguntas de la vida, Edit. Ariel, México, 1999.
Gustavo Bueno, ¿Qué es
filosofía?, edición Kindle.
José Ortega y Gasset ¿Qué es filosofía?, edit.
Espasa-Calpe, México, 2019.
José Pablo Feinmann, ¿Qué es la filosofía? Edit.
Prometeo, Buenos Aires, 2008.
Mario Bunge, Evaluando
Filosofías. Una protesta, una propuesta y respuestas a cuestiones filosóficas
descuidadas, edit. Gedisa, Buenos Aires, 2015.
Martín Heidegger, ¿Qué
es filosofía?, edit. Herder, edición Kindle.
Maurice Merleau-Ponty, Elogio
de la filosofía, edit. Nueva Visión, Argentina 2006.
Michel Onfray, Antimanual
de Filosofía, Edit. EDAF, Madrid, 2005.
-La comunidad
filosófica. Manifiesto por una universidad popular, edit. Gedisa,
Barcelona, 2008.
Stanley M. Honer y Thomas C. Hunt, Invitación a la filosofía, edit.
Diana, México, 1974.
Varios, La filosofía, Una
escuela de libertad, enseñanza de la filosofía y aprendizaje del filosofar: la
situación actual y perspectivas para el futuro, edit. UNESCO, México, 2011.
Preguntas:
1. ¿Cuál
es la etimología de filosofía, quién supuestamente la inventó?
2. ¿Cuándo
y dónde surgió supuestamente la
filosofía en Occidente?
3. ¿Quién
fue supuestamente el primer filósofo?
4. ¿Cuántos
conceptos de filosofía hay y por qué?
5. ¿Cuál
es el concepto de filosofía de Platón?
6. ¿Cuál
es el concepto de filosofía de Santo Tomás de Aquino y las tres áreas de ella?
7. ¿Cuál
es el concepto de filosofía de Ludwig
Wittgenstein?
8. ¿Cuál
es el Concepto de filosofía de Martin Heidegger?
9. ¿Cuál
es el concepto de filosofía que propone el texto para dar sentido a tantos
conceptos sobre ella?
10. ¿Para
qué sirve la filosofía?
11. Di
cinco razones por las cuales es complicada la comprensión del concepto de
filosofía.
[2] José
Pablo Feinmann, ¿Qué es la filosofía? Edit. Prometeo, Buenos Aires, 2008,
p. 40 y 41.
[3]
José Ortega y Gasset. ¿Qué es Filosofía?, edit. Espasa-Calpe, México,
2019, p. 85.
[4] La enseñanza de la filosofía en el nivel
básico está en un proceso de instauración. Se están haciendo muchas estudios y
promociones de esto es proyectos específicos, fundamentalmente en América y
Europa. Y en unos cuantos países de mundo tienen una materia en la primaria
destinada a la filosofía. Ya en la educación media básica la filosofía tiene
mayor presencia en las secundarias como un área que tiene su autonomía.
[5] En
su obra ¿Qué es Filosofía? señala que la filosofía es curiosidad por lo
eterno e invariable, pero que tiene por reto conciliarse con la curiosidad por
lo voluble y cambiante.
[6] Gustavo Bueno le llama sustantiva, porque
la sustancia de la filosofía sería su historia.
[7] Bueno le llama adjetiva, porque esta
noción implicaría que loa filosofía no tiene sustancia, sino que está inmersa
en los saberes del presente y
determinada por ellas.
[8] José
Pablo Feinmann, ¿Qué es la filosofía? Edit. Prometeo, Buenos Aires, 2008,
p. 11.
[9] José
Pablo Feinmann, ¿Qué es la filosofía? Edit. Prometeo, Buenos Aires, 2008,
p. 12.
[10] José
Pablo Feinmann, ¿Qué es la filosofía? Edit. Prometeo, Buenos Aires, 2008,
p. 13.
[11]
Cfr. José Ortega y Gasset, ¿Qué es Filosofía?, edit. Espasa-Calpe,
México, 2019.
[12] Cfr.
José Pablo Feinmann, ¿Qué es la filosofía? Edit. Prometeo, Buenos Aires,
2008.
[13] José
Pablo Feinmann, ¿Qué es la filosofía? Edit. Prometeo, Buenos Aires, 2008,
p. 62.
[14] https://class.coursera.org/legalandpolitical-001/lecture/3
(consultado el 21 de septiembre del 2014).
[15]
Mario Bunge, La investigación científica. Su estrategia y filosofía.
edit. Siglo XXI, México, 2020, p. XI.
[16] André Comte-Sponville, La filosofía. Qué es y cómo se practica,
edición Kindle.
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